Doble estimulación
Inicio de la estimulación
Tradicionalmente, la estimulación se inicia en fase folicular temprana en día 2-3 del ciclo, al objeto de conseguir la mayor sincronía en el desarrollo folicular y un mayor aprovechamiento de la reserva ovárica de cada paciente; de acuerdo a la idea de la existencia de una única oleada de reclutamiento folicular en el ciclo.
Nuevos descubrimientos
Recientemente, gracias a la nueva teoría de varias oleadas de reclutamiento folicular en un mismo ciclo, se ha desarrollado un nuevo protocolo de estimulación conocido como doble estimulación, es decir, una primera estimulación en fase folicular y una segunda en fase lútea.
La doble estimulación
Esta segunda estimulación comienza entre 3-5 días tras la captación de ovocitos de la fase folicular, y permite la obtención de un mayor número de ovocitos en un solo ciclo. Todo el proceso de estimulación es monitorizado mediante ecografías seriadas, para lo cual nuestros especialistas están disponibles los siete días de la semana.
En ambos casos, cuando los folículos alcanzan el número y tamaño adecuados, se procede a la administración de una hormona denominada análogo de la GnRH que completa la maduración de los óvulos, programándose la captación de los ovocitos en torno a las 36 horas de su administración.
Indicaciones
Este protocolo se considera especialmente indicado en pacientes en las que el tiempo es crítico como pacientes con cáncer, mujeres con baja reserva ovárica o edad materna avanzada.
Técnica
- Paso 1: Punción ovárica
- Paso 2: Fertilización en el laboratorio
- Paso 3: Cultivo embrionario
- Paso 4: Vitrificación de embriones
- Paso 5: Transferencia de embriones
- Paso 6: Confirmación de embarazo
- Paso 7: Por último, la Ecografía
Consiste en la aspiración de los ovocitos ya maduros bajo control ecográfico y mediante una sedación suave, para que la paciente no sienta ningún tipo de molestia. La duración del procedimiento es de unos 15 minutos.
Ese día se recomienda no realizar actividades que requieran toda nuestra capacidad, como por ejemplo conducir, a pesar de que se encuentre perfectamente bien.
Una vez se han obtenido los óvulos, estos son inseminados con el semen de su pareja previamente preparado en el laboratorio. La selección de los espermatozoides puede llevarse a cabo mediante una técnica denominada MACS, selección inmunomagnética de los espermatozoides, con mayor capacidad para fertilizar al óvulo, o mediante métodos de capacitación convencional.
La fertilización puede realizarse mediante FIV clásica, para ello el biólogo pone en contacto cada ovocito con unos 25 a 50.000 espermatozoides previamente seleccionados, y deja que la fecundación se produzca sola. O bien mediante ICSI, que consiste en introducir un único espermatozoide dentro del citoplasma del óvulo mediante punción del mismo con una fina pipeta. Esta última técnica se utiliza sobre todo en alteraciones espermáticas severas, mala calidad ovocitaria, óvulos valiosos o escasos, edad de la mujer avanzada, sospecha de baja tasa de fecundación, casos con fracaso previo de FIV clásica.
La TESE, es una ICSI con espermatozoides obtenidos mediante biopsia testicular. Indicada cuando no hay espermatozoides en el eyaculado (azoospermia), pero si en el testículo, o cuando los espermatozoides sufren daños granes en el proceso de salida.
Los embriones son cultivados y observados en el laboratorio, por un período de 5 a 6 días. Para ello disponemos de modernas técnicas de incubación para monitorizar en tiempo real la evolución de los embriones (morfocinética). Disponemos de incubadores dotados de tecnología time lapse, que incorpora un sistema de captación de imágenes, que nos permite observar la evolución de los embriones desde su fecundación hasta la llegada al estado de blastocisto. Esto nos permite unas condiciones de cultivo muy estables, mejorando así la calidad embrionaria. Ello hace posible una mejor selección embrionaria.
Los embriones resultantes tras la doble estimulación no pueden ser transferidos en ese ciclo y son vitrificados; se trata de un método de congelación ultrarrápida en el que los embriones, pasan de temperatura ambiente a -196ºC, con ello se impide la formación de cristales y una supervivencia de los mismos tras la desvitrificación del 100%. Los embriones una vez vitrificados se almacenan en el interior de pajuelas mediante un sistema cerrado que impide el contacto de los mismos con el nitrógeno líquido en el que se sumergen para su conservación, se garantizan así, las mayores condiciones de seguridad.
Habitualmente se realiza desvitrificación de un blastocisto único y posterior transferencia, ya sea en un ciclo natural o mediante ciclo sustituido con administración de estrógenos y progesterona, al objeto de conseguir un desarrollo endometrial óptimo para la implantación embrionaria. El proceso de la transferencia en sí, consiste en la introducción del embrión en el interior de la cavidad uterina. Para ello se coloca un espéculo en vagina y se introduce una fina cánula que porta el embrión que es depositado en el útero bajo control ecográfico. Este proceso es rápido e indoloro.
Tras la transferencia recomendamos reposo relativo durante ese día para después volver a su actividad habitual. Se recomienda únicamente evitar esfuerzos violentos y deporte las dos semanas posteriores. Los desplazamientos no suponen ningún problema.
Se puede realizar mediante determinación en sangre de BHCG a los 10 días de la transferencia embrionaria.
O bien realizar un test en orina pasados 14 horas tras la transferencia.
Hasta la confirmación debe mantenerse la medicación prescrita el día de la transferencia.
Tras 15 días del análisis de BHCG, se realiza una ecografía para confirmar el número de embriones que han implantado y la presencia de latido cardíaco. Y se recomienda mantener el tratamiento de sustitución hormonal, al menos hasta la semana 10 de gestación.