Enfermedades de transmisión sexual (ETS)
¿Qué son las ETS?
Las enfermedades de transmisión sexual (ETS), o infecciones de transmisión sexual (ITS), generalmente se adquieren por contacto sexual (genital, oral, anal). Los organismos (bacterias, virus o parásitos) que causan las enfermedades de transmisión sexual pueden transmitirse de una persona a otra por la sangre, el semen o los fluidos vaginales y otros fluidos corporales.
Su incidencia ha aumentado en los últimos años y es muy elevada sobre todo en chicas jóvenes, entre los 16 y 30 años.
La forma principal de prevenirlas es el uso correcto y desde el principio de métodos anticonceptivos de barrera, fundamentalmente el preservativo.
La importancia de estas enfermedades es mayor en las mujeres que en los hombres porque:
- El riesgo de transmisión hombre-a-mujer dobla el de mujer-a-hombre.
- Los síntomas son más frecuentes en las mujeres.
- Son una de las primeras causas de infertilidad en mujeres jóvenes.
- Pueden provocar problemas de salud importantes: enfermedad inflamatoria pélvica, embarazo ectópico, aborto y malos resultados perinatales.
Signos y síntomas
Los signos y síntomas que pueden indicar una infección de transmisión sexual incluyen los siguientes:
- Llagas o protuberancias en los genitales o en la zona oral o rectal.
- Dolor o ardor al orinar.
- Secreción proveniente del pene.
- Flujo vaginal inusual o con olor extraño.
- Sangrado vaginal inusual.
- Dolor durante las relaciones sexuales.
- Dolor e inflamación de los ganglios linfáticos, particularmente en la ingle.
- Dolor en la parte inferior del abdomen.
- Fiebre.
- Erupción en el tronco, las manos o los pies.
Los signos y síntomas pueden aparecer unos días después de la exposición, o pueden pasar años antes de que tengas algún problema perceptible.
Las ETS no siempre presentan síntomas. Es posible contraer enfermedades de transmisión sexual de personas que parecen estar perfectamente sanas y que ni siquiera saben que tienen una infección.
Enfermedades de transmisión sexual más comunes
Las enfermedades de transmisión sexual que podemos encontrar más frecuentes son:
Hepatitis B
La transmisión se puede producir vía parenteral (transfusiones, uso compartido de jeringuillas o material de inyección, tatuajes), vertical (de madre a hijo) y sexual. El periodo de incubación es de 45 a 180 días.
La mayoría de las infecciones no tienen síntomas y se curan por sí solas (96% de los casos). Pero en un pequeño porcentaje la infección puede cronificar (portadores).
Hepatitis C
El mecanismo más importante de transmisión es a través de sangre y hemoderivados de personas infectadas. El 60-70% de las personas infectadas no presentan síntomas o los síntomas son poco evidentes. El riesgo de transmisión sexual es escaso, sobre todo está relacionado con prácticas sexuales de penetración anal y relaciones sexuales con la menstruación en caso de ser la mujer la portadora.
La infección con frecuencia puede cronificar (85% de portadores se hacen crónicos). El riesgo de transmisión de madre a hijo es bajo (5-6%).
VIH (SIDA)
Produce el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). El VIH puede transmitirse por vía parenteral, sexual y vertical (de madre a hijo a través de la placenta, en el momento del parto o a través de la leche materna).Tras la práctica de riesgo deben pasar 3 meses para que se puedan detectar en la analítica los anticuerpos frente al VIH. La infección aguda puede no tener síntomas o dar un cuadro semejante a una gripe.
Actualmente no tiene un tratamiento curativo, sí tratamientos que lo convierten en una enfermedad crónica. En toda mujer embarazada se incluye la detección de VIH en la analítica, por la importancia de la transmisión al feto, que se puede reducir considerablemente con un tratamiento adecuado durante el embarazo.
Herpes genital
Es una infección causada por un virus, que se puede contagiar aunque su pareja no presente signos de infección.
El síntoma más frecuente es una pequeña vesícula que se puede transformar en una úlcera o llaga en los genitales, muy dolorosa. Cuando la lesión desaparece el virus queda latente en el organismo y puede producir nuevas reinfecciones en situaciones de disminución de la inmunidad o estrés.
Las pruebas de laboratorio pueden ayudar a determinar si tiene herpes genital.
Lamentablemente no hay cura para el herpes, pero sí existe tratamiento para reducir los síntomas y el riesgo de contagiar a una pareja.
Gonococia y Clamydia
Son bacterias que afectan fundamentalmente a mujeres jóvenes. Frecuentemente ambas van asociadas y muchas veces pasan desapercibidas por ser asintomáticas. En ocasiones, cuando no son tratadas a tiempo, sobre todo las infecciones por clamydias, pueden tener importantes secuelas sobre todo en relación con la fertilidad de la mujer.
La clamidia y la gonorrea se detectan mediante un análisis de orina o un hisopado dentro del pene en los hombres o del cuello uterino en las mujeres. Posteriormente, la muestra se analiza en un laboratorio. Si el resultado fuera positivo es imprescindible tratarlas adecuada y rápidamente.
Trichomoniasis
Generalmente causa una infección vaginal. El flujo vaginal puede ser espumoso, oler mal y aparecer con sangre. Se acompaña de picor en la vagina, inflamación de ganglio en la ingle y dolor al orinar. Los síntomas aparecen entre 3 y 28 días después de la infección. Es muy raro que los hombres muestren síntomas y, a veces, las mujeres tampoco los tienen.
Virus del papiloma humano
Es un virus de transmisión sexual, existen muchos tipos (más de 100) que se clasifican en tipos de alto y bajo riesgo. Los tipos de alto riesgo, especialmente el 16, presentan el riesgo de transmisión más alto que los de bajo riesgo.
Importancia y prevalencia
Esta radica en que se relaciona directamente con el desarrollo del cáncer de cuello y también con el cáncer de vulva, y su alta tasa de transmisión. Su tasa de transmisión es la mayor de todas las infecciones de transmisión sexual no bacterianas. También es el causante de las verrugas genitales (condilomas).
Métodos de prevención
El preservativo es una buena protección frente a esta y otras ETS, pero no garantiza una protección total frente al virus. Hoy en día disponemos de vacunas que nos inmunizan (crean defensas) frente a los tipos más frecuentemente relacionados con el cáncer de cuello, el 16 y 18, y contra los tipos que se relacionan con las verrugas genitales, 6 y 11.
La recomendación es vacunar a todas las niñas antes del inicio de las relaciones sexuales. Hoy en día se incluye en el calendario vacunal, entre los 9-14 años según las diferentes comunidades o países.
Pero también se recomienda la vacunación a mujeres que cambien de pareja sexual o ya hayan sido diagnosticadas e intervenidas por lesiones asociadas a este virus, ya que la vacunación disminuye la tasa de recurrencias.
Diagnóstico precoz
Cuando el HPV produce lesiones, las primeras alteraciones son evidentes en la citología que se realiza en la revisión ginecológica, de ahí la importancia de realizar revisiones habituales en mujeres sexualmente activas.
En las mujeres, el análisis del VPH comprende:
- Citología (Test Papanicolau). A las mujeres sexualmente activas se les recomienda que se hagan Test de Papanicolaou, que detectan si hay células anormales en el cuello uterino.
- Prueba del VPH. A las mujeres mayores de 30 años se les puede ofrecer la opción de someterse a una prueba del VPH junto con un Papanicolaou cada cinco años si los resultados de los análisis anteriores fueron normales. Si los resultados de la citología son anormales se les hará una prueba del VPH.