Test de compatibilidad genética o matching genético
Todos somos portadores de entre 3- 5 mutaciones a nivel de genes concretos y algunas de ellas se asocian a riesgo de transmitir una enfermedad genética en la descendencia. Ser portador de una enfermedad genética no tienen mayor transcendencia, el problema se da cuando ambos progenitores padre y madre son portadores de la misma enfermedad. En ese caso el riesgo de que el bebé nazca enfermo es del 25%. Estas enfermedades son las denominadas «enfermedades raras» por su baja frecuencia pero de gran gravedad.
Mediante este test de matching se analizan cientos de mutaciones y se habla de compatibilidad genética cuando ambos progenitores aunque sean portadores de alguna mutación no portan la misma.
¿Qué hacer si no hay compatibilidad genética?
En estos casos se realiza un ciclo de fertilización in vitro y un estudio genético, identificando aquellos embriones que no padecen la enfermedad, de modo que solo serán transferidos los embriones sanos.
En parejas que precisan gametos donados se realizará el test de compatibilidad previo al ciclo de fertilización in vitro, seleccionando solo donantes genéticamente compatibles.
¿Cuándo recomendamos la realización del test?
En Clínica Fertia podemos realizar estudio genético a todos nuestros donantes, para poder cruzar la información genética con el otro progenitor y así disminuir la posibilidad de que el bebé esté afectado.
También se recomienda en parejas con deseo gestacional, con el fin de minimizar el riesgo de transmisión de enfermedades genéticas.
Preguntas sobre Fecundación in Vitro
Si necesitáis más información sobre nuestros tratamientos, estamos a vuestra disposición.
¿Cuánto tiempo transcurre hasta iniciar el tratamiento?
Si el diagnóstico es claro, el tratamiento se podrá iniciar de inmediato.
En cualquier caso, se puede programar el mismo, para el mes que más convenga a la pareja. En el caso de las receptoras de óvulos el tiempo de espera es de uno o dos meses.
¿Cuántos intentos debo realizar?
En el caso de la inseminación artificial, nuestro centro recomienda un máximo de cuatro intentos, ya que el 90% de las gestaciones ocurren en los cuatro primeros ciclos.
En cuanto a la fertilización in vitro o la microinyección, nuestro centro nunca realiza más de cuatro intentos con estas técnicas.
En el caso de la ovodonación es más difícil establecer un límite, que va a venir determinado por factores de tipo psicológico y también económico.
¿Se pueden emplear estas técnicas cuando ya se ha entrado en menopausia?
Si. Hoy en día es posible ser madre tras la menopausia, ya sea fisiológica por fallo ovárico, o tras tratamiento de enfermedades neoplásicas. En estos casos se deberá recurrir a la recepción de óvulos de una donante.
¿Cuáles son las mayores preocupaciones de las parejas receptoras de óvulos o de espermatozoides?
El anonimato es lo que más preocupa y, en Clínica Fertia, está absolutamente garantizado. En cualquier caso, aunque aceptan la realización de la técnica, sí desean la mayor discreción. Y por supuesto también les preocupa el estado de la salud de los donantes y el parecido físico con ellos. En nuestro centro tanto en el caso de los donantes de semen como en las donantes de óvulos, se busca que el parecido físico sea el mayor posible con los progenitores.
¿Son caros estos tratamientos?
Clínica Fertia es pionera en mantener una política honesta y clara. Publicamos la información de nuestros precios de tratamientos desde 2002 en la página web.
Primera visita a Clínica Fertia, ¿en qué consiste?
Se estima que un 10-15% de la población en edad reproductiva tiene problemas de fertilidad. Habitualmente se recomienda solicitar ayuda especializada cuando una pareja lleva más de un año de relaciones sin protección y no consigue el embarazo. En aquellos casos en los que la mujer tiene 38 años o más, o se sabe de la existencia de un factor conocido de esterilidad, se recomienda acudir pasados 6 meses de relaciones sin protección sin conseguir embarazo.
En la primera visita a Clínica Fertia se realiza una historia clínica completa, se revisan los antecedentes personales, familiares y reproductivos de la pareja así como tratamientos recibidos previamente. En caso de que se disponga de estudios previos es conveniente aportarlos.
En muchos casos, en esta primera visita se puede iniciar el tratamiento. En el caso de la mujer, el estudio consiste en exploración física, ecografía, estudio hormonal basal y estudio de permeabilidad tubárica (histerosonosalpingografia) en aquellos casos en que fuera necesario. En el caso del varón se solicita un análisis de semen. El estudio se completa habitualmente en un período máximo de un mes y, en la mayoría de los casos tras su realización ya podemos orientar el diagnóstico, así como el tratamiento más oportuno. En ocasiones y en función de los hallazgos, se solicitarán estudios adicionales (estudios genéticos, estudio de trombofilia, histeroscopia, biopsia endometrial, cultivo de semen, etc.)